18 agosto, 2010

Moon

-Cuéntame una historia...
-¿Una historia? Soy muy mala contando historias.
-No es verdad, amo tus historias... por favor, cuéntame cómo la conociste...

La conocí cuando fui a la luna, una calurosa primavera. Encontré el pretexto perfecto para tomar el primer cohete hacia allá y pues... literalmente, me lancé. Llegué a la estación lunar cuando aún estaba oscuro y cargando una
maleta gigante. Mis amigos me advirtieron que no confiara en nadie... ya que en el satélite natural de nuestro planeta hay muchos humanos y aliens con malas intenciones. Estaba sola, no sabía qué hacer, a dónde ir... no había hecho un plan. Me senté un momento y conversé con la 'madame' que estaba a mi lado. Me aburrí pronto de su conversación, así que me despedí cordialmente y caminé hacia la salida. Montones de gente iban y venían... la luna es un lugar donde puedes encontrar gran variedad de razas y especies de todo tipo: gordos, flacos, hermosos, bonitos, feos, horribles, altos, bajos, enanos, de todos los colores y olores.

Puse mi cara de valiente, ya que si
ponía mi cara de pánico sería un blanco fácil para los bandidos. Me detuve un momento porque tuve una corazonada, y como siempre... miré a lo estúpido hacia cualkier dirección... y la vi, caminando hacia mí... Caminé hacia ella hasta quedar de frente, y, como si nos conociéramos de años... nos fundimos en un abrazo. Creo que el Gran Arquitecto del Universo la envió para salvarme y guiarme por aquel lugar, extraño para mí.

Me enseñó a usar el transporte lunar, a no perderme en akella gran urbe, me mostró los lugares más fantásticos de su hogar y algunas costumbres de su cultura. En fin, siento que me salvó.
Yo le di algunas cosas 'terráqueas', productos de la tierra, fuimos a ver a los seres fantásticos que llegaron de un planeta muy lejano para hacer música... aquella fue la mejor noche de mi vida.

Me enamoré de sus ojos, como dormidos, en otro mundo, y cuando me mira... es tan profunda... De su sonrisa, de su cabello alborotado, de su estilo, de ella: tan natural, tan libre, tan inteligente, tan bella, tan transparente, tan infinita...

Recuerdo el último día que la vi. Mi lado impulsivo salió y... yo le robé un beso, y a mí me robó el corazón.
Las puertas del transporte lunar se cerraron, nos miramos por última vez... y se fue. No volví a verla de nuevo.

De nuevo estoy en la tierra, para recordarla miro a la luna y le hablo... Me pregunto si volveré a verla.